CASAetc – Edición 80 – 20 Noviembre 2010
Una doble altura interior en el hall de acceso marca la personalidad de esta casa. Blanco y madera en su interior, con grandes ventanales para destacar sus vistas, generosas sobre un terreno escarpado.
Una casa cuyo periodo de sus diferentes recintos dan paso al construcción terminó en 2009 responde al encargo que la familia Aguayo Anabalón, hiciera a los arquitectos Alvaro Berrios y Carolina Araya.
De uso familiar, con generosos espacios en desnivel, esta vivienda muestra sin pretensión el gusto que sus dueños tienen por ella y lo comedor, lugares para reunirse en generosa que es en sus espacios de habitabilidad.
Luz y transparencia destacan en este interiorismo que aprovecha sus vistas y vuelca en su interior ese diálogo generando distintos espacios con su propia identidad.
“La casa es un bloque hundido en el terreno que va desde la calle, pero abierto hacia el río Bio Bio, lo que le da una condición especial de traspaso”, comenta el arquitecto Alvaro Berrios, quien agrega que el acceso a esta construcción se realiza a través de un recorrido que devela las características topográficas y que simultáneamente otorga la integración del paisaje. Un terreno en declive que a la vez aporta en desafíos para la morada.
